Aprovechando el poder del sol: energía fotovoltaica para la generación de hidrógeno verde

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Las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente derivadas de la quema de combustibles fósiles, continúan siendo la principal causa del calentamiento global. Estos gases se acumulan en la atmósfera atrapando el calor del sol y provocando un aumento en la temperatura promedio de la Tierra. Esta tendencia ha desencadenado consecuencias devastadoras, como el deshielo de los polos, el aumento del nivel del mar, la intensificación de fenómenos climáticos extremos y la alteración de los ecosistemas. 

En este sentido, es crucial avanzar más rápido a nivel internacional para reducir drásticamente las emisiones y transitar hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, en busca de preservar el equilibrio ambiental y salvaguardar el futuro del planeta.

Así pues, la combinación de la energía solar fotovoltaica y la producción de hidrógeno verde representa un paso audaz hacia ese futuro más limpio y eficiente en términos energéticos. 

¿Qué es el hidrógeno verde?

Se denomina hidrógeno verde a aquel producido a partir de energías renovables, como la solar, la eólica o la hidráulica. Su producción se realiza mediante un proceso llamado electrólisis del agua, que separa las moléculas de agua (H2O) en oxígeno e hidrógeno, utilizando electricidad. La gran ventaja del hidrógeno verde radica en que su producción no emite CO2 ni otros gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en una alternativa limpia y sostenible a los combustibles fósiles. 

Energía fotovoltaica para la producción de hidrógeno verde

La energía fotovoltaica, o solar, es una tecnología que convierte la luz solar directamente en electricidad. El proceso se lleva a cabo mediante paneles solares, compuestos por células fotovoltaicas que liberan electrones al recibir fotones del sol, generando una corriente eléctrica. Esta electricidad generada por paneles solares puede emplearse directamente en la red eléctrica, pero también puede utilizarse para la producción de hidrógeno verde a través de la electrólisis. Este proceso es limpio y no produce emisiones de gases contaminantes. 

Esta electricidad generada por los paneles solares se dirige hacia un electrolizador que separa las moléculas de agua (H2O) en hidrógeno (H2) y oxígeno (O2). Este es el punto clave donde la energía solar se convierte en hidrógeno verde.

Una vez obtenido el hidrógeno verde, puede almacenarse para su posterior utilización en diversas aplicaciones. Puede emplearse como combustible limpio para vehículos de hidrógeno, como materia prima en la industria química o como fuente de energía para la generación de electricidad cuando no haya suficiente sol para generar electricidad directamente.

Ventajas de la energía fotovoltaica para la producción de hidrógeno verde

Al utilizar la luz solar como fuente de energía, la producción de hidrógeno verde mediante la electrólisis se convierte en un proceso respetuoso con el medio ambiente, reduciendo drásticamente las emisiones de carbono. Además, el sol es una fuente de energía prácticamente inagotable y está disponible en todo el mundo. Aprovecharla para la generación de hidrógeno verde asegura un suministro constante y confiable de esta fuente de energía.

Por último, la combinación de la energía fotovoltaica con la producción de hidrógeno verde permite diversificar las fuentes de energía, disminuyendo la dependencia de los combustibles fósiles y contribuyendo a la transición hacia un sistema energético más sostenible.

En resumen, la energía fotovoltaica para la producción de hidrógeno verde es una realidad emocionante que nos acerca cada vez más a un futuro más limpio y sostenible. En Hydron, unidad de negocio de Ansasol especializada en hidrógeno verde, estamos comprometidos con la innovación y la búsqueda constante de soluciones energéticas que cuiden el planeta y, de esta manera, contribuir de manera sustancial a la Hoja de Ruta de Hidrógeno Renovable en España. De hecho, contamos actualmente con uno de los planes de desarrollo de hidrógeno verde más ambiciosos de todo el sector privado español para los próximos años, sumando ya más de 1 gigavatio (GW) de potencia de electrolización

No es de extrañar, entonces, que a principios de febrero se celebrase en nuestro país, concretamente en Valencia, el I Congreso Nacional del Hidrógeno, donde estuvimos presentes desde Ansasol y tuvimos la oportunidad de seguir dando a conocer nuestra empresa, al igual que los distintos proyectos donde participamos como el #MetGreenPort. 

Durante las jornadas, además, pudimos debatir sobre el potencial del hidrógeno verde como vector de energía limpia, así como conocer las tecnologías más punteras que se están desarrollando en torno al mismo. Las conclusiones fueron claras, este elemento está destinado a descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada o el transporte.

En este sentido, se espera que en 2024 el hidrógeno verde alcance niveles significativos, impulsando la movilidad sotenible con la adopción de celdas de combustible de hidrógeno en vehículos, así como explorando procesos de fabricación industriales más limpios y eficientes.

Teniendo esto claro, la Unión Europea se ha fijado como meta producir un millón de toneladas de hidrógeno verde este año, calculando que para 2050 suponga un 14% del mix energético, frente al 2% actual. Para llegar a este fin, es necesario saber cuáles son los retos y los desafíos a los que nos enfrentamos para conseguir la ansiada transición energética.

1. Desarrollo normativo

Según el infome Hydrogen Insights 2023 December Update, coescrito por McKiney & Company, actualmente los proyectos globales de hidrógeno anuncian una capacidad de producción de 45 millones de toneladas anuales de hidrógeno verde para 2030. Sin embargo, hasta octubre del año pasado, solo 3 millones de toneladas han avanzado más allá de la etapa de FID (Decisión Final de Inversión).

Por lo tanto, con el objetivo de garantizar la confiabilidad y seguridad del elemento, es fundamental establecer normativas claras y estándares de calidad que regulen su producción, almacenamiento y transporte. Estos marcos normativos deben ser flexibles y adaptarse a medida que avanza la tecnología y se amplía su aplicación en diversos sectores.

2. Agilidad financiera

Se trata de uno de los pilares más importantes para acelerar la implementación de los proyectos de hidrógeno verde. Consiste en habilitar mecanismos financieros más rápidos y adaptados, respaldados por permisos adecuados.

A su vez, es crucial implementar incentivos fiscales y financieros que fomenten la inversión en proyectos relacionados con el hidrógeno verde. Estos incentivos pueden incluir exenciones fiscales, subsidios, préstamos y mecanismos de financiación innovadores que reduzcan los riesgos y los costes de capital para los inversores, promoviendo la adopción de tecnologías limpias.

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3. Ejecución de procesos a distintas escalas

La ejecución de procesos a distintas escalas requiere de una cadena de suministro y logística eficiente y bien desarrollada. Desde la adquisición de materias primas hasta la entrega del producto final, es necesario optimizar cada etapa para garantizar la disponibilidad y la fiabilidad del hidrógeno verde, así como minimizar los costes y los impactos ambientales asociados con su producción y distribución.

Así pues, es importante desarrollar proyectos industriales basados en hidrógeno verde ya que representan una oportunidad prometedora para abordar los desafíos ambientales y energéticos, al mismo tiempo que impulsan la innovación y el crecimiento económico. Es decir, desarrollar tecnologías y procesos para integrar el hidrógeno verde en estas operaciones industriales, reduciendo así las emisiones de carbono y mejorando la sostenibilidad como, por ejemplo, en la producción de acero, la fabricación de productos químicos o la movilidad de vehículos pesados como camiones y autobuses. 

De esta manera, los proyectos a gran escala son clave para generar economías que reduzcan los precios de la energía, mientras que los proyectos locales impulsarán nuevos mercados y aplicaciones. 

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4. Formación y capacitación

La transición energética demanda mano de obra altamente cualificada y especializada en diversas áreas, como la ingeniería, la ciencia de los materiales, la gestión de proyectos o la seguridad industrial, entre otras cosas. Por lo tanto, es crucial implementar programas de educación y capacitación que formen a profesionales preparados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece esta nueva industria emergente.

En resumen, el futuro del hidrógeno verde parece prometedor, pero no exento de desafíos. La clave para alcanzar nuestras metas de descarbonización radica en abordar estos desafíos de manera efectiva y coordinada. En este viaje hacia un futuro más sostenible, Ansasol y todas las empresas comprometidas con la innovación y la descarbonización tienen un papel fundamental que desempeñar. Sigamos avanzando con determinación y visión hacia un mundo impulsado por el hidrógeno verde, donde la energía limpia y renovable sea la norma, no la excepción

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Desde nuestra sede en Andalucía, en Ansasol nos dedicamos desde 2004 a la planificación, desarrollo, montaje y comercialización de instalaciones fotovoltaicas y de hidrógeno verde.

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